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18/07/2013

Etapa 18: Las montañas de verdad tienen curvas

La estación de Alpe d´Huez es una de las más importantes de Francia para todos aquellos aficionados al esquí pero toda su leyenda está relacionada con el ciclismo. No demasiada gente sabe que tiene la pista negra más larga de Europa pero son muchos los que te pueden contar algunas de las etapas con final en esta cima mítica del Tour de Francia.  Etapa 18: Las montañas de verdad tienen curvas

Ganar en este coloso alpino es algo de lo que muy pocos pueden presumir y su valor es tan importante que el que se lleva la gloria logra además inscibir su nombre en una de sus míticas 21 curvas. Hoy el vencedor ha sido el francés Riblon que se convierte en el tercer galo que obtiene el triunfo en este lugar tras Hinault y Rolland para alegría de todos los seguidores locales. Una de las cosas más llamativas es que cada país se apropia de una curva. Parece que cada una le corresponde a una nacionalidad, aunque sin duda la más famosa es la 7 donde se juntan los seguidores de los Países Bajos. Por ello es conocida como la "montaña de los holandeses" y es espectacular el colorido que le dan a la carrera porque en ese reducido espacio de terreno es donde más personas por metro cuadrado se juntan en toda la prueba y donde la música no para de sonar durante todo el día a gran volumen. Pero no son los únicos: italianos, españoles, colombianos, australianos, belgas, y este año muchos noruegos se hacen dueños de cada una de las herraduras haciendo de esta jornada algo muy especial.

Hoy se ha volado, el ritmo ha sido muy alto y ha habido batalla desde el principio. Por un lado por la victoria de etapa y por otro por la general. La actitud de Froome y de su equipo no la entiendo porque parecían no conocer esta montaña: el sudafricano ha atacado demasiado pronto y lo ha acabado pagando. Por muy fuerte que estés debes tener respeto a estas cumbres porque son superiores a ti. Dicen los alpinistas que la montaña pone a cada uno en su sitio y día a día se demuestra. Pese a todo, el del Sky tiene el Tour en su mano y aunque hoy le ha visitado "el tío del mazo", que dice mi amigo Perico, seguro que mañana se recupera porque es superior a los demás. Aún así, sus mínimos síntomas de debilidad le dan un poco de chispa a la carrera aunque salvo desfallecimiento, la lucha es por el segundo puesto. El "escarabajo" Nairo Quintana está siendo una de las sensaciones por su actitud desafiante y es una pena que Contador no esté fino porque podrían formar una peligrosa sociedad contra el maillot amarillo. Aunque en el Saxo Bank hay otra bala en la recámara que es Kreuziger. El checo es un magnífico corredor al que le ha faltado explotar en una prueba de tres semanas y está siendo su año, así que si el madrileño no está fino deberían dejarle libertad para actuar. Respecto a nuestro BH Sojasun estaba claro que hoy no era cuando teníamos que brillar pero estamos muy satisfechos porque hemos sido protagonistas y tenemos a todos los corredores en disposición de llegar a París, algo que sería un éxito. Además, jóvenes valores como Vuillermoz o Marino están progresando bien y están aprendiendo mucho, algo que un futuro les puede ser muy útil.

La cima de Alpe d´Huez siempre me trae muy buenos recuerdos. especialmente del año 1991 cuando Indurain prácticamente sentenciaba su primera victoria en el Tour. Fue una jornada preciosa donde acechaba el peligro italiano con Bugno y Chiapucci intentando alcanzar el maillot amarillo del navarro sin perder de vista a Fignon, Lemond o Mottet. Hubo guerra pero Miguel tuvo un lugarteniente de lujo que le hizo un gran trabajo: Jean François Bernard. El francés fue el penúltimo eslabón en la cadena de Banesto y rompió a todos sus rivales con un fuerte ritmo que fue eliminando uno a uno a todos ellos salvo a Bugno. Lo que hizo Bernard sólo lo puede hacer gente muy buena, gregarios de lujo con una potencia y una clase superior a la de algunos jefes de fila. Fastidió la fiesta a todos los que pensaban de inicio que el de Villava podía flaquear. Pero Miguel estuvo majestuoso, corrió con gran tranquilidad y demostró que él era el jefe y el dueño del maillot amarillo. Fue una exhibición de fortaleza y de señorío ya que no tuvo ningún problema en ceder la etapa al brillante Bugno que alzó los brazos con cierta tristeza porque sabía que obtenía uno de sus triunfos más importante en su extenso palmarés pero también era conocedor de que la posibilidad de ganar esa edición se esfumaba. Aunque parezca increíble, Indurain era el más tranquilo de nuestro equipo. Había dado un paso casi definitivo para su primer Tour y sin embargo lo asumía como algo normal, como si no pasase nada raro. Ese era Miguel y posiblemente esas cosas le llevaron a ser el señor de la carrera durante cinco años.

Recuerdos al margen, toca pensar en la durísima jornada de mañana. Dos colosos como el Glandon y la Madeleine de inicio pueden destrozar a más de uno y seguro que va a haber mucha batalla. A estas alturas no sólo se pelea por el liderato, también por la montaña, la clasificación por equipos o por el octavo puesto de la general y esto da lugar a situaciones inhabituales y a movimientos tácticos extraños. Mañana será un día donde todos tratarán de sembrar el pánico. Toca disfrutar.

Esto es todo amigos. 

Saludos desde Alpe d´Huez.