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08/07/2013

Etapa 9: Jaque a los peones

Etapa 9: Jaque a los peones

 

La segunda etapa pirenaica del Tour nos ha dejado una jornada de intensa batalla bajo un sol que nos lleva acompañando toda la prueba y con una afición entregada a los corredores. Se ha corrido a tope desde el primer kilómetro pero ha habido más fuegos artificiales que resultados prácticos y, aunque se ha eliminado al segundo de la general, la realidad que no se ha puesto en ningún momento en apuros al líder. No estoy de acuerdo con todos los elogios al Movistar porque se viene al Tour a ganar y no a hacer podium y hoy la táctica ha parecido esa. Tengo mucho cariño y respeto a una estructura con la que viví algunos de los mejores momentos de mi trayectoria, pero a mi juicio han planteado un buen inicio de etapa y han dejado en evidencia a todo equipo del líder...menos al líder que no ha sufrido el más mínimo apuro para mantener su maillot amarillo que si todo va según lo previsto será todavía más sólido en la crono del miércoles. Quizá hayan fallado las fuerzas de Valverde, pero todo el trabajo de los suyos y los movimientos de Quintana no tienen sentido si luego no lo pruebas con tu hombre fuerte. Cuando uno juega al ajedrez lo hace para derrocar al rey, no para tirar a los peones.


 

En los Pirineos también ha habido momento para el recuerdo de Eugene Christophe, el hombre que portó el primer maillot amarillo de la prueba en 1919 y que siempre será recordado por su mala suerte. Aquel año, se reanudaba la carrera después de la I Guerra Mundial y había una escasez de material tal que los maillots de los equipos eran similares, casi todos de color gris y apenas se distinguía a los corredores. Uno de los organizadores propuso a Henri Desgrange, fundador de la prueba, que el líder fuese con una prenda diferente al resto para reconocerlo y Desgrange decidió que fuese amarillo porque eran los colores del periódico que financiaba la prueba. Eugene Christophe vistió por primera vez la preciada prenda en una etapa que finalizaba en Bayona y lo hizo muy a su pesar ya que decía que la gente se reía de él porque parecia un canario. Ahora se dice que el maillot amarillo da alas pero a él le creó una leyenda negra. En la penúltima etapa, cuando llevaba más de media hora de ventaja al segundo, se le rompió la horquilla cerca de Valenciennes y perdió más de dos horas en repararla lo que le hizo perder una carrera que tenía ganada. Y no fue la primera vez, ni la última...

 

Porque su leyenda negra comenzó en 1913. En la subida al Tourmalet dando una exhibición metió una gran minutada a sus rivales y parecía que estaba sentenciando el Tour. En plena bajada, con una ventaja de 18 minutos rompió ¡la horquilla! . Tuvo que recorrer 14 kilómetros con la bici a cuestas para encontrar un herrero que le dijese como repararla porque las normas impedían recibir ayudas. El herrero le fue explicando como tenía que arreglarla pero no podía tocar la máquina Llegó a meta a 4 horas y fue sancionado porque un niño le acercó un fuelle. Pero hubo más. En 1922, en plena lucha por el triunfo en París, volvió a romper ¡la horquilla! en el descenso del Galibier. Un sacerdote le ofreció su bicicleta pero Christophe declinó porque le iban a sancionar y una vez más tuvo que repararla él mismo perdiendo todas sus opciones de ganar alguna vez en la ronda gala. Es la maldición del primer maillot amarillo del Tour de Francia.

Además de esta vieja historia, hoy durante la jornada hemos pasado por la bajada del Aspet donde falleció Fabio Casartelli en 1995 por el descenso del Col de Mente donde Luis Ocaña tuvo un desgraciado accidente cuando se encaminaba a ganar su primer Tour. Ahora, estamos rumbo a Nantes y mañana disfrutaremos de jornada de descanso que a venir muy bien a los corredores muy cansados tras una primera semana muy intensa. Esta jornada es sobre todo positiva para todos aquellos que tienen golpes, caso de nuestro Brice Feillu, que ha podido pasar las dos etapas de los Pirineos y que seguramente podrá seguir en carrera tras superar sus problemas de rodilla. A partir del martes llega otra semana interesante para nosotros donde volveremos a dar batalla y donde trataremos de ser protagonistas de la ronda tal y como hemos hecho los primeros ocho días de competición. Esto es todo amigos. Os mando un saludo muy fuerte, especialmente para los navarros que están disfrutando de sus fiestas. Yo no me quito el pañuelo rojo ¡Viva San Fermín!