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26/03/2015

Diario del BH - Murias: El trabajo de una familia

Los mecánicos se encargan de la puesta al día y cuidado de las BH Ultralight EVO

   Diario del BH - Murias: El trabajo de una familia

El BH Murias Taldea cumple sus primeros meses de existencia en el pelotón y con el éxito de Ion Ander Insausti con su segundo puesto en la Cholet-Pays de Loire se ratifican los buenos cimientos de un amplio grupo humano que funciona y trabaja en equipo y como una gran familia.

Para llegar a poner en marcha un nuevo proyecto vasco de garantías y solvente se ha necesitado del trabajo de muchas personas que ahora comienza a dar sus frutos con el buen hacer de los corredores sobre la carretera. Juan Mari Zurinaga desde la Sociedad Ciclista Arratia empezó a mover la idea de echar a rodar un equipo. A Jon Odriozola le tocó lidiar con las duras gestiones ante las empresas colaboradoras y patrocinadores hasta dar con la financiación y apoyos que han llevado el sueño adelante. Junto al actual director de la marea verde Javier Etxarri es también su gran apoyo y encargado de todas las tareas administrativas.

  

Trabajo en la sombra


Además de la plantilla de corredores que ahora están inmersos en la Vuelta a Alentejo como aperitivo de las primeras carreras en Euskadi ante su afición, existe una amplia nómina de personal deportivo que se preocupa de aspectos como el cuidado y mantenimiento de las bicicletas, la logística del equipo y la recuperación de cada ciclista tras la etapa diaria. Xabier Muriel se encarga de la preparación del equipo y es también la sombra de Jon Odriozola que cogerá el volante del coche en aquellas carreras en las que Murias compita en dos frentes al mismo tiempo.

Imanol Iza y Borja Rodríguez ponen a punto las piernas y cada músculo de los corredores complementando su trabajo que también desarrollan durante muchas fases de la temporada a las órdenes de Orica y Movistar.

Tan importante como el físico de los corredores es la mecánica de las BH Ultralight EVO que pasean por cada carrera los integrantes del Murias. Su cuidado, mantenimiento y preparación recae sobre Patxi Mundiñano como mecánico que acompañará durante la gran parte de la temporada al equipo en todos los frentes competitivos.

En la retaguardia de la logística en el almacén central de Aretxabaleta Eneko Garai es el responsable de tener las máquinas a punto y preparadas cuando la competición se sucede a un ritmo frenético y hay que enlazar dos carreras casi consecutivas. La expedición de Murias regresó el domingo de madrugada tras competir en Cholet y el martes por la mañana puso rumbo a la comarca de Alentejo en Portugal con toda la logística preparada para llegar de Francia y cargar las bicis en el coche con rumbo al país luso.

   

  

Mimos para la Ultraligth EVO


Los corredores están satisfechos con el reducido peso de sus máquinas Ultralight EVO y lamayoría de ellos, salvo dos que usan los electrónicos, el resto emplean los cambios mecánicos. Las jornadas de los mecánicos en días de carrera son frenéticas con un temprano inicio de jornada en la que se dedican a hinchar las ruedas, en función de la característica de la jornada y el tipo de asfalto en la carretera o si hay previsión de agua. Se carga después las bicicletas para la jornada en la autocaravana del equipo, mientras en las parrillas de los coches se colocan las máquinas de repuesto.


Cada ciclista afronta un día de competición con una bici de repuesto para atender posibles contratiempos, y hay un caso en el que dos corredores de talla similar comparten la misma máquina porque la parrilla del coche solo tiene cabida para siete bicis. Ya en carrera los trabajos más habituales son los de atender posibles pinchazos, caídas en el grupo o averías mecánicas en los cambios y salidas de cadena. De momento la fortuna es un aliado con los hombres de la marea verde y más allá de leves saltos de cadena los mecánicos no han tenido que hacer más reparaciones en las fiables Ultralight EVO. En cada jornada los mecánicos llevan media docena de ruedas delanteras y otras tantas traseras para hacer frente a los pinchazos y por ahora no se ha dado una carrera tan loca en la que se hayan agotado la docena de ruedas que preparan.

La llegada a meta supone el fin de la jornada para los corredores, pero el arranque de la segunda parte para los mecánicos que se ocupan de limpiar con agua y productos específicos todas y cada una de las partes de las máquinas para dejarlas impolutas para el día siguiente. Es habitual que esta tarea les mantenga ocupados hasta la hora de la cena. Ellos son los encargados de colocar y ajustar hasta el último milímetro las bicicletas para que cada corredor se sienta cómodo sobre ella tanto en el pedaleo como con la posición del sillín, el manillar y otro tipo de elementos.

Los corredores no son exigentes en este sentido y no tienen ninguna preferencia o manía especial a la hora de hacer alguna petición concreta a los mecánicos. La única costumbre que tienen varios es la de no querer afrontar una etapa con unas cubiertas totalmente nuevas y a estrenas una vez que se ha dado el banderazo de salida. Por ello es habitual que cuando se estrenan cubiertas se den una pequeña vuelta por la zona de la salida para eliminar ese brillo que traen de fábrica y afrontar la carrera con una cubierta en óptimas condiciones.