El Tour de Francia alcanza su ecuador con una jornada de transción entre Carcassonne y Montpellier en un recorrido ded nuevo propicio para que los velocistas recopilen puntos para el maillot verde antes de la llegada de las jornadas alpinas. La meta de Montpellier es habitual coto cerrado para los grandes sprinters que hacen trabajar a sus equipos para abortar cualquier tipo de alegría en forma de escapada que les impida desplegar en los metros finales la pugna por ser el más rápido.

En Montpellier han ganado hombres habituados a esa pugna por le prenda verde y todo apunta a que seguirá esa tradición cuando el grupo enfile los metros finales. La inminente llegada de las montañas no puede permitir que se conceda el permiso a una escapada como la que ayer permitió el grupo con gente de talento y mucha calidad, entre los que se hallaba Sylvain Chavanel. Montpellier se ha ganado su renombra a pulso son vencedores en los últimos años como Mc Ewen y Hunter, además de Cavendish que ya ganó en 2011 y Greipel que lo hizo en 2013.  

Un factor que puede ser un obstáculo en el trazado de hoy es el viento que puede empezar a soplar y desatar una guerra de abanicos en la que alguno de los hombres cabeceros puede verse sorprendido si no permanece atento. Una jornada más el Team Direct Energie con sus BH Ultralight EVO tendrá que estar al frente del pelotón y muy atento para tener el control del grupo y no dejar coger una minutada de tiempo a las posibles fugas para llevar en buta a Bryan Coquard a los dos kilómetros finales totalmente llanos.

Coquard y la velocidad
El sprinter francés quiere levantar los brazos y tener la recompensa a una vida dedicada a la bicicleta y a la velocidad. Desde siempre ha mostrado una rapidez endiablada en el óvalo de los velódromos y se ha movido a la perfección sobre las pistas. Así se ha labrado un palmarés en la modalidad omnium como Campeón de Europa y del Mundo en categoría Junior. Incluso en Londres 2012 se colgó la medalla de plata y se animó a dar el salto a la carretera en la temporada 2013. Su punta de velocidad prontó se dejó sentir y en su segundo día de competición en la Estrella de Besseges ya logró un triunfo en carretera. Desde entonces el menudo sprinter se ha centrado también en la carretera sumando triunfos en multitud de carreras y siendo esta campaña, con 13 triunfos, el ciclistas más laureado de Europa.

En su horizonte aparece ahora el empeño de lograr una victoria parcial en el Tour de Francia y consagrarse como uno de los nuevos reyes de la velocidad. Ha estado cerca con un tercer y un segundo puesto, a solo 28 milímetros del triunfo, y quiere romper la sequía de una década sin que un sprinter francés levante los brazos en una llegada masiva de la Grande Bouclé.