La segunda cita contra el crono de este Tour de Francia llega ya en la recta final de la carrera a solo cuatro días de la meta de París y para estos cortos 18 kilómetros con la subida intermedia se mezcla una buena ración de las fuerzas que cada uno todavía conserva con la soltura a la hora de afrontar la lucha individual contra las manecillas del reloj. Siempre es una jornada en la que se acaban imponiendo los especialistas y corredores con un depósito extra de reservas por su fortaleza en la tercera semana de carrera.

Sin embargo es también importante ajustar toda la preparación porque entran ya en juego la pugna por las posiciones finales que cada uno conserva en la general y se definen los puestos de podium o un hueco entre los 15 o veinte primeros. Son apenas 18 kms en los que los 14 primeros se afrontan en continua subida hasta llegar a la cima de la emblemática estación de esquí de de Megeve, a 1.200 metros, para afrontar después un meteórico descenso de tres kilómetros hasta la meta. Al tratarse de tan corto recorrido todos los hombres importantes saldrán a bloque para ofrecer su mejor versión y tratando de robar la mayor cantidad de segundos al reloj.

Por un puñado de segundos
La pruebas contra el crono han dejado momentos épicos como el final de 1989 con llegada a los Campos Eliseos y la pugna entre Greg Lemond y Laurent Fignon que se decantó por solo 8 segundos a favor del estadounidense que se hizo con el amarillo final. Esa diferencia, 27 años después, siegue siendo la más exigua entre el primer y segundo clasificado a lo largo de las 102 ediciones del Tour finalizadas. En la mente de muchos aficionados perduran las imágenes de un Fignon desolado sin explicarse cómo se le fue el Tour por ese puñado de ocho segundos. Ya en el siglo XXI ha habido otras diferencias finales menores de un minuto en la general final, como los 23 segundos de Alberto Contador a Cadel Evans en 2007, o los 32 de Oscar Pereiro a Andreas Kloden en la edición precedente. En 2008 otro español como Carlos Sastre se llevó la carrera con una diferencia inferior al minuto gracias a los 58 segundos finales respecto a Cadel Evans. También en 1987 hubo una resolución de infarto con los 40 segundos finales de Stpehen Roche a Pedro Delgado y los recuerdos del irland´és desfallecido y recibiendo oxigeno al final de una etapa. La centenaria historia del Tour tiene también otras destacadas mínimas ventajas como los 38 segundos de Janssen sobre Van Springel en la edición del 68 o los 48 de Thevenet sobre Kuiper en 1977.

BH Aerolight
El Team Direct Energie cuenta también con uno de los grandes especialistas franceses de los últimos años como Sylvain Chavanel y que junto a Thierry Marie, dominador de las distancias cortas en las grandes vueltas en los últimos cursos. va a utilizar el Direct Energie la BH Aerolight, una bicicleta nacida y diseñada para ganar segundos al reloj.

Desarrollado de forma conjunta con el equipo de Triatlon BH el cuadro de la Aerolight es monocasco de carbono con un diseño agresivo y ligero que maximiza la aerodinámica sin comprometer la rigidez. Ofrece un amplio rango de ajustes y la potencia integrada permite 4 posiciones de ajuste. La tija ofrece un ángulo virtual entre 74º y 80º. El DI2 puede integrarse y ocultarse en el tubo de dirección. El tren delantero ha sido diseñado para unirse totalmente al cuadro, envolver la rueda delantera y ocultar el freno delantero para lograr una superfice plana y 100% aerodinámica