Miquel Blanchart afronta el ´sabado, junto a su BH Aerolight, el ansiado y soñado debut en la cita más prestigiosa del Ironman mundial y por vez primera, a sus 31 años, competirá como uno de los mejores 50 especialistas junto a los grandes de esta distancia. En su tercera temporada volcado en la gran distancia Blanchart verá cumplido su sueño de codearse con los Jan Frodeno, Sebastian Kienle o Eneko Llanos con el que comparte montura con la Aerolight de BH.

El catalán valora el hecho de haber logrado el billete para Hawai después de una sacrificada trayectoria en los últimos años y en la temporada en la que la normativa internacional se ha modificado y ha hecho necesario una mayor cantidad de puntos para situarse entre los 50 elegidos.

Con su presencia en la línea de salida verá cumplido el trabajo iniciado hace un año con la disputa de las pruebas en Barcelona, Mallorca y Lanzarote que le abrieron las puertas del sueño. “Haber logrado clasificarme este año es para mi un orgullo y una satisfacción indescriptible, un sueño cumplido, un objetivo alcanzado por el cual he luchado duro durante mucho tiempo”, relataba el catalán en declaraciones a Triatletas en Red.

Para estar en las mejores condiciones de disputar la carrera Blanchart se ha desplazado con dos semanas de antelación para superar los contratiempos del desfase horario y tener un primer contacto visual con los escenarios míticos de la carrera. “Tengo la extraña sensación de haberlos recorrido antes”, reconoció Blanchart antes de su partida.

Durante estos días ha podido conocer en primera persona escenarios míticos para todo practicante de Ironman como El Pier, Alii Drive, Hawi, Palani, Energy Lab que ha visto infinitas veces a través del ordenador pero a los que se ha enfrentado durante estos días y a la espera de que llegue la competición oficial el sábado.

La natación sin neopreno en una zona de corrientes, el sector de bicicleta sobre la Aerolight BH con el paso por la emblemática Madame Pelle y su incesante viento, junto a la segunda mitad del maratón final y la errible sensación de soledad son algunos de los obstáculos que deberá superar el catalán.

“Mi objetivo principal está cumplido, que era clasificarme para estar en Kona y poder disfrutarlo. Una vez logrado hay que aprovecharlo e ir a por todas, con la intención de bajar de 8 h 40 min”. Esta marca le dejaría sin dudarlo entre los 20 mejores del Ironman mundial en lo que sería un estreno grandioso para un debutante en Hawai.