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27/08/2013

Tiempos modernos

Ha comenzado la Vuelta a España y lo ha hecho con muchas cosas llamativas e incluso con un récord: Chris Horner se ha convertido en el líder más veterano de la historia de las tres grandes pruebas por etapas con 41 años y 307 días superando las marcas de Andrea Noe en el Giro y de Eugene Christophe, el hombre de la mala suerte, en el Tour.  Tiempos modernos

El norteamericano del Radioshack es un excelente corredor que ha vivido varias épocas del ciclismo y que ha sabido adaptarse perfectamente a todos los cambios que se han producido en este deporte. Estas variaciones han sido en muchos casos para bien pero en otros están dañando la imagen de esta disciplina y de alguna forma están poniendo en peligro el futuro de las próximas generaciones que cada vez tienen más complicado acceder al campo profesional.

En los últimos años han variado las organizaciones de las carreras, el sistema de acceder a ellas y recientemente se ha instaurado un programa de valorar a los ciclistas por puntos que es terriblemente injusto con los corredores más modestos. Esos gregarios, siempre esforzándose en ayudar a su líder, apenas tienen ocasiones de ganar carreras y por lo tanto de tener puntos que ayuden a los equipos a entrar en el grupo de escuadras que pueden acceder a las pruebas más relevantes del calendario. Es terrible porque hay hombres que al acabar su contrato se quedan en paro porque nadie quiere contratarles ya que no suman y esto está generando cierta inestabilidad a los equipos, muchos de ellos históricos que la próxima temporada no podrán continuar por falta de inversores. Evidentemente la crisis económica tiene mucho que ver en todo esto, pero debe cambiar el chip de los organizadores porque sino se van a quedar sin grupos que quieran estar presentes en sus pruebas, muchas de ellas que tienen escasos recursos para sobrevivir y algunas de ellas incluso ya han desaparecido. El ciclismo es para los Froome, Contador, Cancellara y compañía pero también para aquellos esforzados de la ruta que hacen vibrar con sus hazañas a los espectadores aunque nunca ganen el Tour de Francia.

En la Vuelta, siempre han tenido gran protagonismo los corredores más modestos. Recuerdo perfectamente la primera vez que acudí a la ronda española. Fue en 1969 y ganó el francés Roger Pingeon. Eran los tiempos de Perurena, Galdos y Lasa pero sobre todo de Luis Ocaña, que en su segundo año de profesional ya estaba demostrando sus extraordinarias cualidades que le harían ser uno de los grandes. El español de Mont de Marsan hubiese ganado aquella edición y no lo hizo por dos factores que cambiaron el rumbo final. Por un lado porque los ciclistas nacionales no le echaron nunca una mano y tuvo siempre que combatir contra ellos lo que le perjudicó en demasía y era algo curioso porque la política de alianzas entre compatriotas siempre había funcionado a la perfección pero aquel año no fue así y cada uno hizo la guerra por su cuenta. Y el segundo factor decisivo fue un compañero de equipo de Pingeon llamado Willy Monty. El belga era un clasicómano con buenas clasificaciones pero con apenas victorias en su palmarés que sin embargo fue el hombre que ayudó a Pingeon en sus momentos de debilidad de aquella Vuelta. Hizo un trabajo extraordinario, abortó todos los intentos de fuga y fue el gran apoyo del francés. Acabó en el puesto 68 y su actuación fue muy reconocida en el equipo; en los tiempos actuales no hubiera sumado puntos y su futuro en el pelotón estaría en peligro...

En fin, queda mucha Vuelta a España y seguro que pasan muchas cosas porque el recorrido no da tregua en ningún momento. Nibali, el gran favorito, está demostrando que llega muy bien, Samuel Sánchez, Betancurt y Henao han fallado a las primeras de cambio y el rendimiento de Valverde o Purito es una incógnita después de su gran rendimiento en el Tour. Veremos lo que sucede porque en estos tiempos modernos, que magníficamente describía Charles Chaplin en la película de idéntico nombre, nunca se sabe.

 

Un saludo amigos!