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DE VITORIA AL GLACIAR:
LA HISTORIA DE UN NUEVO EMBAJADOR DE BH
por Erik Adán

Hay momentos que marcan un antes y un después.
Para Erik, ese momento llegó con un dorsal y una bici eléctrica BH entre las manos.

A sus 20 años, este joven vitoriano acaba de comenzar una nueva etapa como embajador de la marca BH, una oportunidad que —como él mismo reconoce— no esperaba tan pronto. Pero lo cierto es que lleva tiempo pedaleando en esa dirección.

Una pasión que empezó en casa

Todo comenzó con salidas en bici con sus padres. “Empecé a los 13 años, pero fue a los 16 cuando empecé a tomármelo en serio”, cuenta. Desde entonces, su relación con la bici ha evolucionado desde el disfrute personal al compromiso con las carreras, aunque siempre con un enfoque distinto al del resultado puro.

No busco solo el podio, sino vivir las carreras, contarlas y acercarlas al público en redes sociales

Además de competir, Erik dedica parte de su tiempo a impartir clases de MTB,
donde enseña a otros ciclistas a sacar el máximo partido a sus bicicletas.

Para él, compartir lo que ha aprendido
en los circuitos y en la montaña es otra forma de vivir el ciclismo.

El salto a BH

La oportunidad con BH llegó casi por sorpresa.
Sin experiencia previa como embajador de marca, el respaldo de un nombre tan consolidado ha supuesto un cambio de dimensión.

Tener detrás una marca que te apoya con material, que te da la bici y confía en ti... es el sueño de cualquier rider

Una motivación que se multiplica al saber que su labor va más allá de competir:
también implica probar, compartir sensaciones y ayudar a mejorar los productos.

Actualmente, Erik representa a BH sobre todo en su gama de e-bikes, concretamente con la iLynx+ SL, aunque también ha probado la nueva Lynx Trail, que utiliza como bici de entrenamiento. Y las sensaciones no podrían ser mejores:“Es lo más parecido a una bici muscular. Tiene una aplome en peraltes que te da muchísima seguridad”, explica sobre la experiencia de rodar con el motor en la parte baja del cuadro.

Megavalanche: del hielo al barro

Una de sus grandes experiencias recientes ha sido la Megavalanche de Alpe d’Huez.
Tras participar el año pasado en una versión recortada por condiciones meteorológicas, este 2025 ha vivido la edición completa, con salida desde el glaciar. Así lo recuerda entre risas:

Es una locura. Salir en grupo con 500 personas desde una pista roja de esquí con la bici es muy bestia

La experiencia fue tan intensa como impredecible.
Una trazada traicionera en la nieve le jugó una mala pasada y acabó por los suelos justo en la salida. Aun así, valora la vivencia como única y ya piensa en volver: “Si repito, intentaré salir un poco más tranquilo y esforzarme al máximo en las zonas donde puedes adelantar a más gente”.

iLYNX+ SL

Lesiones, caídas y aprendizaje

La temporada no ha estado exenta de obstáculos. Una caída en la Copa de España de Riglos le dejó el hombro tocado y le impidió terminar la Epic Enduro de Aveyron, una de sus principales metas. A pesar de ello, su actitud es positiva: “El año que viene quiero repetir y terminarla. Me quedé con la espina”.

Con BH de su lado, esos retos tienen ahora una dimensión diferente.

El presente eléctrico del enduro

Para Erik, la apuesta por las e-bikes va mucho más allá de una cuestión de marketing.
Lo ve como una evolución natural del deporte, sobre todo en el ámbito recreativo.

"Las bicis eléctricas se están comiendo el enduro aficionado. A nivel de innovación, es donde están pasando cosas de verdad"

Erik Adán

"Las bicis eléctricas se están comiendo el enduro aficionado. A nivel de innovación, es donde están pasando cosas de verdad"

Erik Adán

No esconde su decepción por la exclusión de las e-bikes del calendario de Copa del Mundo,
algo que considera un error estratégico.

Quitar las e-bikes de la Copa del Mundo es cortar la visibilidad a lo que más está creciendo

Por eso cree que el futuro de esta categoría pasa por crecer fuera de ese circuito,
en pruebas nacionales e internacionales que sí estén dispuestas a apostar por la tecnología.

Objetivos renovados

Convertirse en embajador de BH ha cambiado sus planes. “Tenía previsto hacer las carreras con bici muscular, pero ahora las haré con e-bike”, explica. Cree que eso le puede dar incluso más opciones de buenos resultados y, sobre todo, le permite seguir disfrutando de la bici desde una nueva perspectiva. Ya no se trata solo de competir, sino de ser parte activa en el desarrollo y la difusión de un tipo de ciclismo que cada vez conecta con más gente.

Erik no ha hecho más que empezar su camino como embajador.
Lo hace con los pies en el suelo, pero con la mirada puesta en lo alto del glaciar. Porque allí, donde empieza la locura de la Megavalanche, también empieza el verdadero viaje de cualquier ciclista: el que se vive desde dentro.