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Vuelta a España 2005 | 15º Etapa: Cangas de Onis - Valgrande Pajares (191 km)
No se lo esperaba nadie. ¡En la bajada del penúltimo puerto de la jornada! ¡Quién se lo iba a imaginar! ¿Cuándo se ha visto que un escalador ataque bajando? ¿Y dónde se ha visto que lo haga a casi 50 kilómetros de meta? Roberto Heras daba un vuelco a la ronda española —hasta ese entonces comandada por Denis Menchov, en la última oportunidad que le quedaba. Él y Manolo Sáiz habían preparado una emboscada mítica. De las que se siguen recordando con el paso de los años. Ciclismo de otra época. Ciclismo en blanco y negro. De valientes. De aquel en el que el ‘pinganillo’ era un invento de las novelas de Julio Verne y el ciclista reaccionaba siempre según sus sensaciones. Prensa y seguidores no escatimaban elogios después de haber saboreado más de 1 hora de un ciclismo que crea afición. Manolo Sáiz había movilizado a la caballería desde primera hora. En el libreto del cantabro el guión de esta etapa ya estaba escrito desde la noche anterior. Pesos pesados como Beloki o Vicioso se metían en la fuga grande del día dejando sólo y desamparado a su líder. Una estrategia que arqueo las cejas de más de un experto de este deporte. Llegó la bajada del Alto de la Colladiella, de primera categoría. Roberto miró a su lado y vio algo en los ojos de Menchov. El ruso estaba en crisis, Allí —vacío, mojado y sólo, Menchov se dio cuenta de muchas cosas. Las cartas de la última mano estaban repartidas y Heras había estado guardando su as hasta esos últimos 50 kilómetros —un as que el ruso nunca creyó que pudiese llegar. Y en aquellas húmedas carreteras asturianas comenzó el festival. Beloki, Vicioso, Scarponi... gregarios de lujo para un Roberto Heras que veía, cada vez más cerca, el intenso destello del maillot dorado en lo alto de la cima de puerto de Pajares. 5:19 en meta y cuarta Vuelta a España para el bejarano. Una gesta que pocos olvidarán. Una leyenda más que los puertos asturianos contarán a los aficionados del futuro.

2004
BH G1 Liberty Seguros Edition | Nacimiento del Global Concept

2006
BH G3 Liberty & Astana Edition

La colina que forjó a Alberto
Alberto Contador cruzaba la meta con los brazos alzados. Victoria en Willunga Hill para uno de los ciclistas más prometedores del pelotón internacional. Haciendo un repaso a su excelso palmares, esta etapa del Tour Down Under pasaría —sin duda, desapercibida entre maillots amarillos, rosas e innumerables victorias en cimas míticas. Pero, en realidad, estamos ante la victoria más importante de su vida. La victoria que forjó la leyenda que vendría después. Habían pasado nueve meses después de su "cortocircuito" cerebral, un ictus en la Vuelta a Asturias y la consiguiente operación del cavernoma que lo había causado. La carrera más dura para el pinteño, de la que salió victorioso como nos acostumbró años más tarde el pistolero madrileño. Su frase de “querer es poder” está más y mejor aplicada que nunca en esa victoria de aquel 22 de enero de 2005. Fue una apoteósica demostración del Liberty Seguros, que copó las cuatro primeras posiciones con Alberto, Luis León Sánchez, Allan Davis y Javier Ramírez Abeja cruzando todos brazos en alto la meta australiana. Una victoria que inició una era. Y, como toda gran historia, la intrahistoria está igualmente a la altura. Su hermano Fran Contador aún recuerda como tuvieron que ingeniárselas en su casa de Pinto para poder seguir la etapa. Las conexiones en streaming en los inicios del 2000 estaban aún muy lejos de lo que hoy conocemos, por lo que la familia Contador estuvo enganchada durante toda la noche a una página web donde iban publicando los comentarios en directo y en inglés de la carrera. Ese último "Alberto Contador 1st place in Willunga Hill" aun resuena en Pinto. Un grito sordo que forjó al héroe y dio paso a la leyenda.
¿Cuál es mi talla?